Es común que los presidentes electos acudan a actividades religiosas como el Te Deum, o visiten lugares religiosos como el Muro de los Lamentos en Israel, como lo hizo el presidente electo Alejandro Giammattei.
Sin embargo, para algunos debería existir una separación entre Estado y religión y reservar las actividades religiosas para un tema personal.
Anteriormente las iglesias se involucraban activamente en decisiones de Estado y sigue sucediendo en la actualidad en países como los islámicos, en dónde las decisiones políticas se toman en base a un libro sagrado.
¿Qué pensarías si en un futuro alguien con una creencia distinta a la tuya fuera electo presidente y mezclara su religión con la política?
¿Qué piensas de la separación entre iglesia y Estado?